Tan experta y manipulante
la
seducción de una dama
que
borda hilos
en
los pies y manos
de
quién sin darse cuenta
ha
mutado de hombre a títere.
Él no resistió ver detrás de los cristales
esos
ojos que hechizaron su mundo
y dejó llevarse por el río,
y dejó envolverse por su compañía,
y dejó que su alma fuera presa,
de la mujer que le hacía alas
invisibles en su espalda.
Ella le conto de su vida lo que le convenía,
él
más cautivo y atento, -cual caballero
encerrado
en la cárcel de su nuevo amor-,
no
podía estar,
pero
hubieron detalles en la historia
que
ella quiso borrar de su memoria
y
pasar por alto.
Parece que cuando en su intento
de
volar hacia sus labios,
una de tantas noches de insomnio,
cayó por el precipicio víctima
de escarnio
y no
hubo quién por él.
Su ser inquieto fue en búsqueda
de
su amada musa,
de
su fascinada diosa y,
aunque ella le aclaro la razón
de
su extraña ausencia
algo
no encajo ante la nueva apariencia.
El pequeño secreto de aquella mujer
se
supo cuando él se encontró
¿acaso con la nueva presa de una colección
de títeres de cual falso amor?
© Fausto R. Morales Santiago. Todos los derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario